Bajarse al moro

Alonso de Santos encontró, desde la primera representación de Bajarse al moro, el éxito. Madrid, los años 80 y cuatro jóvenes como tantos constituyen el espacio, el tiempo y los protagonistas de la obra. Su fuente de inspiración fue la realidad que le rodeaba, haciendo resaltar una serie de códigos circunstanciales que operaban en el mundo cotidiano y que el autor consideraba relevantes y el público, familiares. Esta edición deja en constancia un lenguaje “caliente”, la expresión de una forma de entender la vida.